Una serie de torres y atalayas en las proximidades de Barcones, situado al sur de la provincia y limítrofe con Guadalajara, protegen el acceso a través de la cabecera del río Escalote a las tierras dominadas por el castillo de Atienza. Tres son las atalayas que se encuentran en su término, unidas visualmente, dos de ellas atípicamente próximas como son las del cerro de San Jorge y la Loma del Cantero, y una tercera en el paraje conocido como Valdelatorre.
La
primera se encuentra próxima al collado que da acceso a Atienza,
sobre las ruinas del antiguo despoblado de San Jorge, en un cerro de unos
1190 mts de altitud (30T 513024 4569357). Apenas
se mantiene medio metro de los arranques de los muros de mampostería
de una torre de planta rectangular (cuyas medidas eran 7,5 por 4 metros
en su interior según leemos en el Corpus
de castillos medievales de Castilla). Sólo es identificable
el lado oeste y sur de la torre, que contaba con gruesos muros y aprovechaba
parte de las grandes rocas del vértice del cerro para asentarse.
Visualmente enlaza con el castillo de Atienza y el valle alto del Escalote.
La segunda atalaya, que no he tenido oportunidad de visitar, se encuentra a algo más de un kilómetro y medio al oeste de San Jorge, en las proximidades del vértice Redondo de 1265 mts. (30T 513024 4569357) y debe gozar de una amplia panorámica del valle alto del Escalote hasta el entorno de Rello.
Por
último, la alataya del paraje de Valdelatorre protege la entrada
en el valle de Barcones desde Rello
por los valles del río Escalote y el antiguo camino del arroyo
de los Retornos (sugerente nombre), que por aquí discurre encajonado
a los pies de la atalaya (30T
517081 4573376).
Un poco más al noreste se alcanza a ver Rello
y la hoz del río Escalote, pero no tiene contacto visual con Barcones.
La atalaya cilíndrica es de fábrica
de mampostería
en hileras muy bien alineadas, de 4 metros de ancho y unos 5 metros en
su punto más alto, con algunos derrumbes. Se encuentra completamente
llena de escombros, lo que no impide adivinar el retranqueo interior de
los muros a la altura del primer piso. En el exterior abundan los cascotes
y restos de enfoscado. El acceso estaría elevado, como es habitual,
a la altura del primer piso en la porción de muro derrumbado.
La orografía abierta de esta parte del curso alto del Escalote sugiere la posibilidad de que en el cerro anejo a la población de Barcones existiera una fortificación o torre de refugio objeto de protección por las atalayas cercanas.
En Madoz no encontramos ninguna referencia a las atalayas, aunque sí a varios despoblados entre los que se encuentra San Jorge, cuando refiriéndose al término dice que "...comprende los despoblados de la Olmedilla, la Miduera o San Jorje, el de Barconcitos, y el Val...".
Guillermo García, en Las rutas del Cid, identifica los restos de un camino excavado en roca arenisca entre la ermita de Barconcillos y Barcones, además de restos de cimientos, aljibes y bodegas también excavados en roca en las proximidades o dentro de Barcones.
Encuentra este autor similitudes entre los topónimos Barcones, Barahona y Maranchón, con la significación de agua, por cuanto son divisoras de cuencas, en el caso de Barcones entre el Duero y el Tajo. También describe las huellas de la caja de una calzada romana entre Barcones y Retortillo de Soria por Los Carriles y el trazado del antiguo camino medieval.
