Ruinas de una iglesia románica, de elegante factura, del siglo XIII. Se conservan parte del hermoso ábside, la base de la torre y uno de los laterales, tras las distintas demoliciones y limpiezas a que tuvo que ser sometida desde 1858 por la amenaza de ruina que presentaban sus bóvedas en primera instancia y el muro norte después. En una de estas obras de conservación, en 1933, apareció la cripta y un frontal románico esculpido que se conserva ahora en San Pedro. Ya antes, en 1908, se había trasladado la portada a la iglesia de San Juan de Rabanera. En una capilla lateral se conserva un fresco que, según Blas Taracena, podría representar el asesinato y canonización de Tomas Becket, arzobispo de Canterbury, perpetrado por orden del rey Enrique II y el posterior arrepentimiento de éste, allá por el siglo XII. Sobre él, una representación de la Adoración. Actualización
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