Numancia es el nombre con que se conoce la ciudad, arévaca primero y luego romana, situada sobre el cerro de La Muela de Garray que fuera testigo de asentamientos ya desde el tercer milenio a.C. hasta el siglo VI. Se encuentra entre los valles de los ríos Duero y Merdancho, que le sirven de barrera natural, dejando únicamente el norte y noreste abierto a la planicie. Originalmente Numancia se encontraba en tierra de Pelendones y sería tomada por los Arévacos en su expansión hacia el valle alto del Duero. En el siglo III a.C. se inicia la conquista romana de Hispania alentada por las Guerras Púnicas. En el 197 a.C. se crean dos provincias, la Ulterior y la Citerior. La lucha inicial contra los pueblos meseteños, iniciada por el cónsul Catón en el 196 a.C., pone en evidencia el obstáculo que una ciudad celtibérica, llamada Numancia, supondrá para los intereses de Roma. Levantamientos, enfrentamientos y tratados se suceden hasta que en el 179 a.C. el pretor Graco consigue una paz duradera, hasta el 154 a.C.
Debilitado, un mes después intenta un ataque a Numancia desde su campamento de "La Gran Atalaya" cerca de Renieblas, utilizando para la ocasión elefantes. Nuevamente es derrotado y en el 152 a.C. Nobilor se retira. Se empezaba a crear en Roma un especial temor a los habitantes de la meseta y a esa ciudad que había rechazado ya dos ataques. En esta situación Roma envía al pretor Marcelo, convertido en cónsul precipitadamente, al mando del derrotado ejército de Nobilor. Marcelo consigue firmar de nuevo una paz firme que durará del 151 al 143 a.C. Instigados por el lusitano Viriato, que luchaba en el sur contra Escipión, los celtíberos se alzan en guerra contra Roma. Pompeyo intentará atacar Tiermes, en el 141 a.C., y Numancia en el 140 a.C. acampando en el cerro de El Castillejo, recibiendo sendas derrotas. En el 137 a.C. es Mancino el nuevo derrotado a las puertas de Numancia y en los siguientes años se sucede una serie de derrotas humillantes para Roma. Es en este ambiente de odio mutuo acumulado durante 60 años en el que Escipión llega a Hispania. En el 134 a.C. inicia el cerco a la ciudad de Numancia tras una victoriosa campaña por la meseta, construyendo una barrera con foso de más de 9kms y 4 metros de grosor vigilada por torres cada 10 a 24 metros, uniendo los campamentos situados en El Castillejo, Travesadas, Valdeborrón, Peña Redonda, La Rasa, Dehesilla y Alto Real. El cerco quedaba cerrado con la incorporación de castillos en los ríos, el de la Vega, el de Saledilla y el del Molino de Garrejo, que impedían el acceso por embarcaciones.
Lo que hoy podemos contemplar es la superposición de las dos ciudades. En el estrato inferior, la ciudad arévaca y las las viviendas celtibéricas, más primitivas y pequeñas, que eran levantadas con una pequeña base de piedra que se recrecía con adobe. Un tejado de centeno cubría las tres estancias que formaban cada casa, sin dormitorios y con un pequeño patio exterior. Varios aljibes salpicaban la ciudad y una gruesa muralla, recrecida con adobes a modo de parapeto y reforzada con torres, la rodeaba. Los accesos se hacían a través de puertas acodadas. A media ladera al suroeste del cerro se encuentra la necrópolis celtibérica
Las más lujosas poseían patios con columnas y varias plantas. Otros construcciones romanas de Numancia son los baños, canalización de los aljibes existentes (casi cien en toda la ciudad) y los edificios públicos.
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Numancia se encuentra sobre la actual población de Garray, a 6kms de Soria. 30T 546095 4629677 Garray |