Ninguna
noticia histórica se puede ofrecer de esta población, de llamativo
nombre y escasos 22 habitantes, salvo que se tiene constancia de la existencia
del castillo o torre, de aparejo
califal, desde muy antiguo. Su proximidad a una ruta romana
desde el Jalón al Duero (y continuando hasta la calzada Astúrica-Caesaraugusta),
que, según Taracena, pasaría por Alentisque y Momblona hacia
la vecina Escobosa y la colonia de Villalba -con vestigios visigodos-, explicaría
la importancia que pudo tener este enclave. Parte de esta calzada es perfectamente visible ascendiendo hacia la torre con marcada orientación oeste-este desde el arroyo de Soliedra, que supera por un sencillo puente con arco de medio punto, zigzagueando anes de atravesar la carretera de acceso al pueblo y pasar por el flanco sur de la torre. Este último tramo visible de la calzada, antes de desaparecer bajo el pavimento de las calles de la población, se encuentra excavado en la roca con la finalidad de suavizar la pendiente. La población cuenta a su vez con una iglesia románica, Nuestra Señora de la Asunción, con portada gótica y escudo de los Mendoza.
De
esta construcción, situada en una pequeña muela
no más alta que el resto de la población, tan solo queda
lo que vemos: una sólida pared que alterna dos cubos
semicirculares en sus extremos con un resalte rectangular hueco en el
centro y que se muestran planos por el interior, donde se puede ver el
arranque de los gruesos muros laterales a espaldas de los cubos. A juzgar
por la altura y el tamaño de la muela sobre la que se asienta,
separada de la población por una depresión a modo de foso,
tuvo que poseer una esbelta silueta, en una de las zonas de mayor densidad
de población musulmana.
