El castillo y la población de San Esteban de Gormaz, situados en la margen derecha del Duero controlando el puente medieval que lo atraviesa, adquiere un papel esencial durante la ocupación árabe y posterior reconquista como defensor de uno de los pasos a Castilla. Es así que, durante los siglos X y XI, pasa a manos árabes o cristianas alternativamente dependiendo de la fuerza de unos y otros contendientes. Abunda en este tema el hecho de encontrarse en una zona especialmente conflictiva, a escasa distancia del castillo de Berlanga, Osma y la enorme fortaleza de Gormaz, que puede verse a simple vista, al igual que la Atalaya de Quintanilla, y en el ámbito de influencia de Medinaceli. Así
es que, repoblada por Gonzalo Fernández en el 912, es atacada
por Abderramán III en el 917 y en el 920, siendo tomada en la segunda
ocasión. En el 955 pasa de nuevo a manos cristianas con Fernán
González y es reconquistada por Alhaquem II ocho años después.
Poco después es tomada de nuevo por los cristianos, y perdida por
el conde García Fernández. Finalmente, Soleyman se lo entrega
a Sancho García en el 1011 como parte de un pacto por la ayuda
recibida contra el Califato de Córdoba. La población adquiere una gran importancia en la Edad Media. Alfonso VIII celebra en 1187 las primeras Cortes de Castilla y de Europa en esta villa. Con posterioridad pasa a tener varios dueños: doña Berenguela, don Enrique, don Fernando, don Diego,... La población cuenta con dos de las iglesias de mayor reconocido interés del románico castellano del siglo XII. San Miguel (1081) con su galería porticada de siete arcos, pionera en Castilla, donde se venera a la Virgen del Castillo que antes estuviera en la fortaleza, y Santa María del Rivero, algo posterior, de similar arquitectura. Ambas están firmadas por sus constructores en un canecillo y una imposta respectivamente. En Santa María una inscripción sobre el sepulcro de Vidas Pascual nos recuerda la leyenda, narrada en las cantiga número LXIII de Alfonso X, del Caballero Fernán Antolínez, en la que sus armas fueron de la mano de un ángel a luchar contra los moros, que estaban cruzando el Duero por el paraje de Vadorey, mientras él terminaba de escuchar las misas. Perteneció a la Comunidad o Hermandad de las Tres Casas, que se remonta a los tiempos de Fernán González, primer conde autónomo de Castilla hacia el 939, según la tradición. Los anales castellanos, del tiempo del tercer Conde Sancho García (995-1017) ya mencionan las "Tres Casas de Osma, Gormaz y San Esteban". Según Guillermo García, investigador cidiano por estas tierras, se trataría de la institución foral española más antigua y más duradera (hasta 1837), con organización y funcionamiento relativamente democráticos El puente sobre el Duero es de origen medieval, restaurado en 1526 y muy modificado en 1717. Tenía una torre en el centro del puente que contenía una virgen, llamada de la Cántara, dentro de una hornacina, desaparecida a comienzos del siglo XX. Si visitas San Esteban de Gormaz, no dejes de probar los vinos con Denominación de Origen Ribera de Duero que se produce aquí. Existen muchas bodegas en el cerro del castillo, alguna de las cuales dicen tener hasta 75 escaleras. Es fácil encontrar epigrafía romana, funeraria y religiosa, por toda la ciudad, en doseles, iglesias o patios de casas particulares. Hasta 28 han sido identificadas, de las que 16 permanecen en la villa (identificadas por Félix García Palomar, núm. 17 de la Revista de Soria, verano de 1997). Las demás han sido trasladadas, no se conservan o no están localizadas.
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Cruce
de la N-110 y N-122m a 66 Kms de la capital y 11 de El
Burgo de Osma.
30T 482734 4602848 |