Su estado de conservación no es muy bueno pese a la altura que ostenta, teniendo la base de los muros derrumbada en su cara Sur y la puerta de acceso artificialmente agrandada, posiblemente con la intención de reutilizar los sillares de que contara. Como es habitual el acceso es a la altura del primer piso, con la planta baja maciza o al menos cubierta por derrumbamientos y tierra, ya que no se aprecia suelo sólido al menos a  alguna decena de centímetros por debajo de la línea de la puerta, y un sencillo arco de entrada realizado en mampostería alineada, muy deteriorado. El interior muestra los huecos de las vigas para cuatro plantas más una terraza, hoy completamente desaparecidas, mientras que la fábrica es de mampostería levantada como si se tratara de tapial, y en cuya fachada Sur destaca el ventanal doble con ajimez sin decorar, de época posterior, que tiene los arcos realizados en una sola pieza cada uno. Comunica visualmente con Aldealpozo, La Pica y Masegoso. Existe en las proximidades del despoblado los restos de una fuente posiblemente de origen romano.

Por su toponimia, se deduce un origen de repoblación. La primera cita a la población de Castellanos proviene del censo de Alfonso X, en 1270, con nueve vecinos censados. Otra referencia la encontramos en un censo de 1352, con "...ocho parroquianos.". Madoz no hace ninguna referencia a la torre, llamando a la aldea Castellanos de Campo. El último vecino de Castellanos se instaló en el vecino Villar de Campos a mediados de este siglo.

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