En
el despoblado de Masegoso nos encontramos con esta torre
aislada en la vega del Rituerto, al estilo de otras muchas de la zona como
Noviercas,
La Pica, Castellanos
o Aldealpozo.
Al igual que éstas, se trata de una torre de origen beréber,
fechada alrededor del siglo X, y con las típicas características
de este tipo de construcciones defensivas. Así, cuenta con acceso
a la altura del primer piso, planta rectangular de unos 6 por 8 metros y
una altura considerable. Realizada en tapial
de mampostería
con las piedras del exterior colocadas por su lado más plano, tiene
forma troncopiramidal muy inclinada, especialmente en su base como en Castellanos.
La entrada, que atraviesa el muro por medio de una bóveda
de cañón, está realizada a base de sillares,
formando un arco
de medio punto. La fachada muestra un estrecho ventanal al Sur. Cuatro
plantas tuvo esta torre, que no cuenta con bóvedas, sino que conserva
la original disposición de mechinales
y apoyos para las vigas de los suelos.
El estado
de conservación es lo suficientemente bueno como para que merezca
la pena una restauración, aunque sea básica. Requiere trabajos
urgentes para proteger su fachada Oeste, que presenta la piedra más
suelta, y el contorno de la torre en su base, incluida la puerta de acceso.
En
el camino que lleva a Aldealpozo
y La Pica,
que coincide en parte con la calzada romana de Astúrica
(Astorga) a Caesaraugusta (Zaragoza), en su tramo de Uxama
(Osma) a Augustóbriga
(Muro de Agreda), atravesaremos el Rituerto por un puente de origen
romano de tres ojos de excelente sillería, en estado original y
completo. La vía existía ya en época de Tiberio (14-37)
y se repara en parte en época de Trajano (98-117). Existe un yacimiento
arqueológico en las proximidades de Masegoso, en el paraje conocido
como "La Hoya de los Santos". Se tiene noticia de la incursión
llevada a cabo en tiempos del conde Garci Fernández, en el año
974, por los Infantes de Lara sobre esta zona próxima a la
calzada, atacando Canales (Aldealpozo),
La Pica, Masegoso
y la Torre de Amril aprovechando la ausencia del general Galib. Madoz,
en el siglo XIX, no da noticia de la torre, si bien dice que la aldea
cuenta con algunos manantiales de buenas aguas y no la da como
despoblado. Esto nos recuerda la leyenda que dice que la población
de esta aldea se extinguió al ser envenenada el agua por un vengativo
joven.
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