En
Noviercas, en la llanura de la cuenca del Riuerto, encontramos esta esbelta
torre
beréber del siglo X (autores hay que la sitúan en el S.IX
y S.XI) en perfecto estado de conservación, recientemente restaurada
por Enrique Martínez Tercero. Nos llamará pronto la atención
su situación: no se encuentra sobre un cerro o muela,
como estamos acostumbrados. Y en realidad eso es así porque no se
trata de una atalaya
de señales de algún castillo cercano. Al igual que sus hermanas
de Magaña
(torre del castillo), Almenar
(torre original del castillo) Matalebreras,
Masegoso,
Aldealpozo,
Aldeaseñor,
La Pica o Castellanos,
se encuentra en un asentamiento aislado, una granja, cuya torre hacía
las funciones de vigilancia y defensa de la población local ante
posibles ataques. Estas ocupaciones por gran parte del Campo de Gómara
y cuenca del Rituerto se llevarían a cabo entre los siglos IX al
XI, bien propiciadas por condiciones favorables de repoblación, bien
como primera línea de defensa en el momento en que la capital de
la Marca Media queda situada en Medinaceli.
Con
una altura total de 18,8 metros, sin cimientos, y una planta de 12 por
9 metros, cuenta con cuatro pisos más la azotea, asentada sobre
bóveda de cañón apuntado, al igual que la primera
planta. El acceso, como es habitual en este tipo de torres, se realiza
a través de una entrada situada a la altura del primer piso, en
este caso a unos 3,5 metros de altura mediante una escalera, que podía
retirarse en caso de ataque. La puerta realizada con sillares
es de arco
de herradura con dovela
y un corredor de 2,7 metros (grosor de los muros). Una vez en el interior,
una trampilla nos da acceso a una amplia cámara abovedada,
que alberga un pozo alimentado por un manantial. Esta cámara semienterrada,
que haría las funciones de granero, y su manantial, asegurarían
la resistencia ante un sitio prolongado. Subiendo por las plantas encontramos
dos aspilleras
en las caras sur y este, cuya finalidad sólo era iluminar el interior
de la torre. El último tercio y los matacanes
y almenas
de la azotea son de obra más reciente, S.XIV y XV. En el siglo
XIX era utilizada como prisión.Toda la torre estaría defendida
por al menos una barrera que la rodearía, de la que aún
quedan testigos en las casas colindantes (que se agrupan formando un semicírculo
en torno a la torre) en forma de gruesas fachadas o algunos restos visibles.
En
Noviercas se han encontrado restos de industria lítica de superficie
y de la edad de bronce. Según Rafael García de Diego, el
nombre de Noviercas es de origen romano derivado de Noverca, 'madrastra'.
Se encuentra próxima a la calzada romana entre Bibilis y
Numancia, y fue, junto con Peroniel, el núcleo más
poblado de la zona del Campo de Gómara durante la Alta Edad Media.
Muy próximo se encuentra Pinilla del Campo, en cuyo otero se esconden
restos de una fortificación que bien podría ser una torre
al estilo de la de Noviercas.
Destacó
su industria textil y una importante ganadería lanar. Fue lugar
de nacimiento de Casta Navarro, mujer de Bécquer, y se conserva
la casa en la que vivió.
Sirvan
estas líneas como reconocimiento a todos aquellos que dejan su
esfuerzo en conservar y restaurar esta joya del siglo X, de la que Noviercas
debe sentirse orgullosa. Así, hoy ya podemos disfrutar del resultado
de este trabajo materializado en la exposición que sobre las torres
del valle del Rituerto y el propio Noviercas se realiza en su interior.
Por cierto,
no dejes de adquirir la obra Ruta
de los Torreones, desarrollada por varios autores y vecinos de
Noviercas, y promocionada por el Ayuntamiento, que te hablará con
más detalle de ésta y otras torres del valle.
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