A
escasa distancia de Fuentelmonje, unos dos kilómetros, en el paraje
de Los Llanos en las proximidades del río Nágima, encontramos
los restos de lo que fuera el convento cisterciense de Cántabos (o
Cántavos). La mayoría de las ruinas que hoy vemos no corresponden
sin embargo al antiguo convento, sino que son posteriores, correspondientes
a la granja que perduró hasta la exclaustración de 1835. La
atalaya
que es claramente anterior.
La atalaya es de fábrica de mampostería tosca, con una altura de más de seis metros, gruesos muros de 1,34m y su acceso en altura sin labra, del que se conservan los goznes de las minúsculas hojas de la puerta y el hueco de la tranca. Fue modificada durante el siglo XVIII para albergar en su planta baja una capilla, hoy también en avanzada ruina y depredada por los grafitti, de la que conserva una cupulilla ligera medio derruida y el acceso a nivel de suelo, con dintel en forma de concha y jambas abocinadas. De esta misma época será probablemente las escaleras de acceso, ya que la atalaya se encontraba sobreelevada sobre el terreno. Alrededor de la torre subsisten las ruinas de una construcción bastante posterior a esta, que presenta distintas estancias y un patio central, además de una cueva que debió ser bodega y restos de otras construcciones interiores. Quedan un par de vanos en forma de saetera con dintel de madera y algunos huecos mayores que sugieren la presencia de más vanos. Por los restos es difícil hacerse una idea de su uso y pudo tratarse tanto de una casa fuerte como de una simple granja continuadora del convento. En el exterior, hacia el río, se encuentra otra bodega semioculta de unos 6-8 metros de profundidad, con una cámara circular al fondo en la que se aprecian aún los huecos para al menos seis tinajas. La bodega se encuentra circunvalada por su parte superior por lo que parece el arranque de un muro que partiendo del vértice sur de la construcción baja en busca del campo cercano, oblicuamente al resto de la edificación. También se aprecian restos de construcciones y un posible suelo empedrado en la cuesta que sube hacia el cerro anejo a la torre. Según
los datos históricos recopilados por Clemente
Sáenz Ruidrejo y Florentino Zamora Lucas por una parte y el
padre Agustín
Romero por otra, el lugar debe su origen a la fundación de
un monasterio a instancias del emperador Alfonso VII por el monje Rodulfo,
primer abad de Cántabos, seguramente originario de la abadía
de Verduns, Berdous o Berdones, en Gascuña, entre 1140 y 1151,
siendo una de las primeras fundaciones del Císter en España.
En 1158 Martín Nuñez de Finojosa, hijo del difunto señor
de Deza, es
entregado por su madre al monasterio de Cántabos junto con el señorío
de Boñices. Poco después, en 1162 los monjes se trasladan
a Huerta y en 1166 Martín ya es Abad. Cántabos fue vendido
en 1176 al Concejo de Soria
y recomprado por Rodrigo Ximenez de Rada, sobrino de Martín según
algunos autores, y confirmado en 1228 junto con Bliecos
y Boñices. Rodrigo Ximenez, ya obispo, repite la confirmación
en 1244. |
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A
56 Kms de Soria,
por la N-234, Almenar,
Gómara,
Serón de Nágima
y Fuentelmonje.
30T 568152 4586267
Fuentelmonje
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