Atalaya
situada en el paraje conocido como Molino de la Torre, en el término
municipal de Bliecos. Desde esta atalaya se divisa un amplio paisaje sobre
el río Nágima hacia Bliecos
y el arroyo del Campillo, hacia Castil
de Tierra, incluido el castillo de Serón
de Nágima, al que debía servir como avanzada de señales.
Es de fábrica de mampostería, con hileras bien alineadas de tizones inclinados en ambos sentidos y horizontales intercaladas. Conserva una altura de 7.80m, con un diámetro de 6,10m y muros de 1,70m de grosor en su base, que se reduce a 95cm a partir del primer piso, situado a 4,20m de altura. El hueco interior, semicubierto de escombros, queda reducido a 2,70m en la base.
La
base se mantiene más o menos intacta, con algunos huecos en su
exterior y un acceso que no es el original, mientras que de la primera
planta se conserva la mitad de su perímetro. En esta primera planta,
a unos 5 metros del suelo, hay un hueco alargado de algo más de
dos metros de alto que bien pudiera ser el acceso original y donde se
aprecia en su parte superior una serie de lajas horizontales con una cierta
tendencia a formar un arco, al estilo de la atalaya de Quintanilla
de Tres Barrios. Un pequeño orificio en el suelo de esta primera
planta muy cerca de este posible acceso apunta directamente al castillo
de Serón
de Nágima.
De la población de Bliecos, nombre de origen prerromano atestiguado por los restos arqueológicos celtas, destacan las construcciones del que fuera Monasterio de Nuestra Señora de Huerta adscrito a Santa María de Huerta, especialmente la Casa Prioral, restaurada recientemente por el padre Florentino García, natural del pueblo, y su iglesia parroquial de San Millán, con algunos restos expuestos de carpintería mudéjar de armadura.
En
las proximidades de la carretera de Bliecos a Serón
de Nágima, muy cerca de esta atalaya, se encuentra la Ermita
de Nta. Sra. de la Cabeza, rodeada de un agradable robledal con merendero
y una fuente de buenas aguas que, dicen, nace bajo los pies de la virgen
y cura los dolores de cabeza. Misteriosa patrona para estas latitudes,
más acorde con el sur español, como la de Andújar
en Jaén. No dejes de hacer una parada en tu camino y relájate
en este lugar. El merendero, durante las fiestas patronales del último
fin de semana de agosto, y tras la romería y misa al aire libre
en el pueblo, se llena de visitantes.
Cerca de la población se encuentra el cerro Molad, uno de los más altos de la zona (1169m) junto con San Cristobal (1170m) y Cabezuelas (1171m). El enclave es un privilegiado otero para el control del paso del valle de Nágima a la cuenca del Duero, con buena vista sobre Maján, Castil de Tierra, Gómara, Bliecos, la torre de la iglesia de Velilla de los Ajos, el despoblado de San Millán, Nolay y Nomparedes.
Nace en
su término el río Nágima, afluente del Jalón,
y en el que hubo varios molinos, algunas ruinas de los cuales aún
se pueden encontrar a lo largo del río.
